viernes, 22 de diciembre de 2017

El Gallo de Navidad II

Belén montado por el Ayuntamiento de Granada en 2017


En la nota anterior os contaba una vieja costumbre heredada de mi madre que mantenemos en mi casa, en el portal de Belén no puede faltar un gallo, os recordaba que desconocía las orígenes de esa costumbre, lo hacía mi abuelo, lo hacía mi madre, lo ha mantenido mis hermanos y hermana, lo mantienen mis hijas y espero lo hagan mis nietos; os contaba también que había encontrado un villancico que recogía esta tradición:

A las doce de la noche,
un gallo me despertó,
con su canto tan alegre,
diciendo Cristo nació.

Os decía que según leyendas muy antiguas fue el gallo quien dio el primer testimonio del nacimiento de nuestro Salvador, él que al presenciar el acontecimiento cantó rápidamente para pregonar la buena nueva: primero despertando a la mula y al buey, luego llamando a los pastores y a sus ovejas y más tarde a las gentes que vivían en la región, y que el Evangelio Egipcio de Jesús recogía la importancia del canto del gallo en el nacimiento e infancia de Jesús; no me alargaré más podéis leerla más abajo pero hoy os quiero transmitir otra bella historia que me contaron.

Mi pobre gallo, un pelín deteriorado por el paso del tiempo


En la noche de Navidad, al nacer Jesús un gallo gritó: “¡Christus natus est!, ¡Christus natus est!” (Cristo ha nacido); al oírlo el pato graznó: “¿Quando?, ¿Quando?”; el cuervo, moviendo sus alas como dándose importancia, graznó: “In hac nocte” (En esta noche); el buey sobresaltado mugió: “¿Ubi? ¿Ubi?” (¡Dónde!, ¡Dónde!), a lo que respondió una pequeña oveja con un balido: “Betlehem, Betlehem” y el asno, deseando calentar al niño con su aliento, rebuzno: “¡Eamus!, ¡Eamus!” (vamos, vamos).

Quien me la contó dijo que la historia era cierta y que en la noche del veinticuatro los animales hablan como las personas para alabar a nuestro niño Dios, ¿será posible?. Yo, en recuerdo a estas bellas criaturas de Dios sigo poniendo el gallo, si hablan o no el día 25 me lo contáis.


1 comentario:

  1. Por supuesto que en mi Belén hay una gallina adorando al Niño Jesús en primera fila

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