viernes, 25 de abril de 2014

Teatro en Granada II


Continúo. Me había quedado en una hornacina que contiene un extraño cuadro que hay en una calle de Granada.
 
Hoy desvelaré el secreto y su relación con el teatro.
 
Nos situaremos. Puerta Real, antiguo del Postigo del Rastro hasta 1624 en que se le llamó Puerta Real para que entrara por ella Felipe IV, y que en julio de 1936, en los habituales cambios de nombres se le puso “Puerta Real de España”, nuestros munícipes llevados del fervor patriótico propio de las fechas comenzaron a cambiar nombres a diestro y a siniestro, aunque el uso dejó Puerta Real como Puerta Real, Alhóndiga como Alhóndiga, Cárcel Baja como Cárcel Baja, Plaza Nueva, Gracia, Hileras, Pavaneras, Paseo del Salón, … la funesta manía de cambiar el nombre de las calles con los cambios de régimen.
 
Mesones. Mesones de toda la vida, que no Poeta Zorrilla.
 
 
A mano derecha, calle Milagro. Extraño nombre dado a una calle por un milagro que se produjo en ella en 1537. Extraño en una calle que se abrió en 1830. Así que imagino se produciría en la calle Carpinteros o por la Plaza de Cauchiles.

 
Ya que cito el milagro contaré las dos versiones:
 
Según algunos, una noche mientras San Juan de Dios recorría los alrededores de la Plaza Bibarrambla con su capacho y su cayado, pidiendo: “¿Quién haze bien para si mismo?”, encontró a un enfermo tirado en el suelo. Pero nuestro Santo, agotado, cayó al suelo. Y dicen que un joven lo levantó, tomó sobre sus hombros al enfermó y lo llevó al hospital de la calle Lucena. Ese hombre desapareció, siempre se creyó era un ángel.

Dicen otros, que una noche salió nuestro Santo en busca de agua para limpiar el hospital antes citado, por desgracia, en el aljibe que había en la esquina de la calle Lucena con Capuchinas, bien debido a la acumulación de gente o porque no hubiera agua decidió a ir al siguiente aljibe en Bibarrambla, allí tampoco pudo recoger agua y dirigió sus pasos al que existía junto al puente del Álamo; recogida el agua, nuestro Santo, exhausto por el trabajo que Cristo puso sus hombros (“Granada será tu cruz”), volvió al hospital casi arrastrando los pies, su sorpresa fue cuando al entrar el patio lucía regado y barrido, los pasillos brillaban, las habitaciones desprendían ese olor que deja el agua sobre el barro cocido, en la modesta cocina las ollas parecían espejos. Sorprendido preguntaba por la persona que había hecho la limpieza, todos contestaban había sido él.
 
Según las crónicas, el Santo les decía: “¡Cuánto os quiere Dios que tanto os cuida”[1].
 
 
 
Una u otra razón, dieron el nombre a esta calle que, repito, abierta en 1830, mantuvo durante mucho tiempo una cancela en su entrada por Mesones, lo que la convertía en una corrala.
 
Los defensores de estas leyendas mantienen que ésta es la idea que motivó la colocación del cuadro que nos ocupa.
 
Pues no, en mi opinión, no. El origen de este cuadro no está en 1537 sino en 1593. Como se vislumbra no es San Juan de Dios quien lleva de la mano al niño Jesús, es San José quien lleva de la mano a Jesús.
 
1593. Ese año se construye sobre ese solar el Corral de Comedias de Puerta Real, teatro que cerró sus puertas a principios del siglo XIX, tras ser usado como almacén, cárcel, … y es que Granada contaba con un nuevo teatro desde 1810, fecha en la que los franceses inauguraron el Teatro Napoleón en la Plaza del Campillo, actual Mariana Pineda, teatro que tras su salida fue llamado Teatro Cervantes y que algunos conocimos antes de su derribo.
 
 
 
El Corral de Comedias tenía una artística portada de mármol blanco y pardo, con las armas de la Ciudad.
 
El edificio contaba con un patio cuadrado con dos pares de corredores sobre columnas de mármol y, debajo, las gradas. En el primer piso estaban las tarjas (aposentos) y en el segundo los corredores altos de hombre y mujeres, llamados tertulias; en medio la cazuela que os citaba en la anterior entrada, encima del palco de la ciudad, que era el doble que los demás y un poco volado sobre el patio; en la planta baja, además de las gradas, se situaba la mosquetería –primera fila de las mismas-, la botillería y el patio empedrado, al frente el escenario, con los vestuarios de hombres y mujeres detrás, con curiosos reglamentos que impedían el acceso de hombres a éstos vestuarios o la visión de las pantorrillas de las actrices en su entrada al escenario.
 
La puerta que servía de entrada a las mujeres, estaba en la calle de la Carpintería, puerta sobre la que se colocó un cuadro de San José por el gremio de Carpinteros[2].  A esta puerta se acedía subiendo dos desproporcionados, en altura, escalones de madera puestos también por citado gremio, con este ardid mientras las señoras entraban al teatro y fijaban sus ojos en el santo José, elevaban sus faldas para salvar los escalones, mostrando sus níveas piernas para alegría de los carpinteros que daban nombre a la calle.
 
El milagro que producían los escalones citados, mostrando tan secretos encantos, hizo que, en fecha tan temprana como 1629, se nombrase por el rey Felipe IV a D. Pedro de la Cruz como Alguacil de la Casa de Comedias, en la puerta de las mujeres, y se dictasen periódicamente disposiciones para que los carpinteros, los caballeros y otros menestrales que se agolpaban a la salida de las damas guardasen siempre la debida compostura. Lo mismo a esos escalones debe la calle el nombre de Milagro.
 
Pues bien, éste es nuestro cuadro.
 
Así que Armando, a ti, seguidor del carro de Tespis, te lo encargo, cada 27 de marzo, Día Mundial del Teatro, acércate con la farándula a la calle Milagro y allí frente al cuadro de San José, leed vuestros versos, declamad vuestras mejores páginas, recordad con orgullo que ese es el testimonio más antiguo del teatro en Granada.
 
Al menos mientras que los amigos de lo ajeno no se lo lleven., para lo que haría falta que el Ayuntamiento se decida a no cambiar nombres de calles y si a recuperar nuestro rico patrimonio.
 
Y esta historia, como la de Fernanda Fernández y otras que me ocupan, no la veréis en otras fuentes.
 
Paz y Santa Alegría
 
Javier Pérez Cuadros
 
 

 



[1] 1 GOMEZ MORENO, M. “Primicias históricas de San Juan de Dios” Madrid, 1950. Pp. 214- 215. Leyenda recogida por BELZA Y RUIZ DE LA FUENTE, Julio. “Las calles de Granada”
[2] “En la calle de la Carpintería, a la puerta de la Casa y Coliseo de las Comedias, por donde entran las mujeres, está un famoso cuadro del patriarca señor San José, esposo de la Virgen Santísima, con lámpara que arde, bizarro adorno puesto por la devoción de los maestros de carpintería de aquella calle, a donde en su día celebran grande fiesta con luminarias y grandes fuegos, su víspera en la noche.”
Henríquez de Jorquera, Francisco. Anales de Granada. Granada: Universidad de Granada; 1987. Cap. 38, Tomo I, Pág. 267. Edición preparada por Antonio Marín Ocete.

miércoles, 9 de abril de 2014

Teatro en Granada I


No quiero dejar pasar más días. El paso del tiempo consigue que las noticias dejen de serlo para pasar a ser historias, así que hoy hablaré de mi amigo Armando Molina.

Armando ha debutado recientemente como actor de teatro, no he llegado a leer las críticas a la obra representada pero de seguro serán estupendas.

El día 29 de marzo representaba la Compañía de Teatro Corral del Carbón “La Casa de los siete balcones” de Alejandro Casona, Armando hizo el papel de Uriel.


 
 
En mi libreta secreta, si esa que todos llevamos en el corazón, guardaré alguna de las frases y reflexiones sobre la obra.

Acto primero. Escena segunda. Germán, el doctor, y Genoveva.
 
GERMÁN.- Mis enfermos me necesitan para charlar.
 
GENOVEVA.- ¿Charlar?...
 
GERMÁN.- Ya es lo único que creo. Primero se empieza con los ungüentos caros, después se ensaya con las yerbas, y al final descubres que lo mejor sigue siendo la palabra. El caso es no estorbar y dejar que se curen tranquilos. Adiós, Genoveva.

Acto segundo. Escena tercera. Uriel, la madre y el abuelo.
 
URIEL.- Cómo se pasa a ese lado. Cómo se rompe ese cristal que nos separa.

Acto segundo. Creo que en la escena sexta.
 
URIEL.- ¡Nooo! … (Empuña un hierro y se enfrenta al padre).

Como Genoveva, “mi querida queridísima”, ¿es posible volverse loco de esperanza? ¿es posible leer el pensamiento de la persona que amas sin necesidad de palabras?.

En esta vida hay que aprender a decir NO. Es la palabra más importante.

Así que gracias a Uriel (Armando) y Genoveva soñaré con el Ombú.

Pero mientras le voy a dejar un problema a Armando y a todos mis amigos.

¿Dónde está este cuadro? ¿Qué tiene que ver con el teatro?

 


 Ya me contaréis, mientras pondré a calentar la cazuela, hasta la semana que viene que os daré las respuestas. Salvo que alguien las anticipe.

Paz y santa alegría.

Javier