viernes, 22 de enero de 2016

Carteles en las calles I

Las paredes de nuestras calles ocultan pequeños tesoros para solaz del curioso paseante.

Entre estos pequeños tesoros están los anuncios de otras épocas.

Algunos son de carácter político:

Recuerdo que en la década de los 70 la calle San Matías conservaba uno de estos. En la casa del Marqués de Portazgo, esquina a San Rafael, impreso con plantilla recortable ponía “VOTAD U.H.P.”, casi ilegible por el paso de los años. Posiblemente lo pondrían en febrero de 1936.

Otro de estos carteles estaba en la placeta del Triunfo, a espaldas de las oficinas de la Inspección de Educación, impreso también con plantilla recortable ponía: “TRABAJADOR NO VOTES. RECUERDA CASAS VIEJAS”, debió de ponerse en 1934, en los 70 permanecía.

Otros salen cuando se desmonta una fachada, recientemente al remodelar la esquina con la plaza de la Pescadería con Marques de Gerona y retirar las planchas añadidas a las paredes de piedra aparecía otro cartel, este de papel pegado, “25 AÑOS DE PAZ”, desde 1964 había permanecido oculto a la mirada del viandante.

Otros de los carteles olvidados en las paredes y que me sorprendían eran los de carácter comercial.

Quien no recuerda el cartel en la puerta del Perpetuo Socorro que hay en Gran Capitán ponía CARBONES recordando uno de los usos de la iglesia a principios del siglo XX. Hoy creo se ha perdido con las recientes obras.

O los carteles de ESCORIAS THOMAS en el edificio de la calle Málaga esquina con Duquesa recientemente restaurado. Restauración que se ha llevado por delante estos carteles.

Algunos se han respetado, fijaros en la esquina de Zacatín con Bibarrambla.

Por desgracia no los fotografié cuando pude.

Y hay un tercer epígrafe de carteles olvidados que nos sorprenden, los que podemos llamar domésticos.

Y hoy os quiero presentar uno de ellos antes que el tiempo lo borre definitivamente.

Desde mi infancia al cruzar Marqués de Falces, señalaba a mis amigos un cartel de los impresos con plantilla recortable que ponía: PROHIBIDO ORINARSE, en particular porque no llegaba a distinguir si prohibía ORINAR u ORINARSE, que no es lo mismo, máxime cuando parece se refiere a hacerlo en la pared, pero claro los autores, en este caso doctos jesuitas, debían de saberlo.



El cartel que aún está es éste:





Si he logrado una sonrisa tuya y la curiosidad por buscarlo cuando pasees por Marqués de Falces ha merecido la pena este pequeño trabajo. Gracias.

Paz y santa Alegría

Granada, enero de 2016.

Javier


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