lunes, 2 de junio de 2014

La casa del Americano


Los judíos cuentan que existen tres cielos. El primero estaría formado por el aire que nos rodea, en él están las nubes y los pájaros. En el segundo están el sol, la luna y las estrellas. En el tercero vive Dios.
 
Desde el tercer cielo Dios observa la tierra y los demás cielos. Cuentan algunos judíos que Dios abrió en el segundo cielo 365 ventanas para que el Sol, obra suya[1], nos recordara que la Biblia, en 365 ocasiones, afirma “No temas”; de este modo, el sol, que sale por igual para los reyes, las aves del cielo y los lirios del campo, nos anuncia cada día de una forma distinta: “Dios te ama”.
 
Otros, que no niegan son obra de Dios las 365 ventanas, afirman que Éste veía con alegría el juego que mantienen la Luna y el Sol, eternamente enamorados, ella aparece, él la busca, cuando cree alcanzar a la luna, ésta casquivana vuelve a desaparecer; Dios. de quien dicen que siempre le han gustado los juegos amorosos, para prolongar el juego creó estas ventanas, de este modo un día la luna aparece, otro no, otro está creciente, otro menguante, …. y el sol enamorado busca ansioso la ventana que ella abrirá.
 
Algunos hombres, enamorados de ese Dios que nos ama eternamente, han inventado mil formas de emular el anuncio del sol o el juego de la amada luna.
 
Unos, como el primer califa omeya, Abderrahman III, sembrarán los campos que rodean la Medina al-Zahra de almendros, y en la primavera, mañana tras mañana, abrirán una nueva ventana para que la granadina Al-Zahra vea los campos llenos de flores blancas y deje de llorar por no poder contemplar la nieve de Sierra Nevada.

Otros, como en Veracruz, México, construirán la Pirámide de los Nichos en El Tajín con sus 365 ventanas. Puede que el líder totonaca Trece Conejo quisiera emular al Sol o sencillamente recibir la caricia de Dios de forma distinta cada día del año.
 
Más cerca, en Genova, será el Marques de Negroni quien construya un palacio con 365 ventanas para que Elena al mostrar su rostro cada día en una ventana distinta le anuncie “Te amo”. ¿Quién pudiera como Negroni construir un palacio así para la mujer que ama?
 
En Francia, el Castillo de Chambord con su preciosa escalera diseñada por Leonardo da Vinci.

 

En Austria, el Castillo de Eggenberg, homenaje en piedra al calendario gregoriano.
 
En Santander se construirá el Palacio de la Magdalena.
 
Y en Granada,  ... sí, no os sorprendáis, también contamos con un edificio con 365 ventanas; en marzo de 1910, Juan Jiménez Guerrero, “el Americano”, compró una parcela en la Gran Vía, la casa que construyó se conserva en la actualidad. No sé los motivos que tuvo para abrir esas ventanas, cuentan quienes lo conocieron que cuando creía no era observado abría un viejo relicario con un viejo mechón de pelo, ¿o solo fue un capricho?; lo cierto es que los niños contábamos las ventanas queriendo saber si eran 365 ventanas y nunca acabábamos, lo cierto es ... que mirábamos intrigados las ventanas esperando encontrar a Elena, a Aldonza Lorenzo, a Al-Zhara, a la Beatriz de Dante, …

 


 

Aunque ahora que recuerdo nunca acabé de contar todas las ventanas del Americano. ¿Cuántas serán?
Espero tus noticias.

Paz y santa Alegría.
 

 



[1] Génesis 1:16. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

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