A algunos le gusta llegar al desenlace lo más rápido posible,
pero es que a veces hay que explicar las mil circunstancias que rodean el caso:
¿cómo hablar de Don Vicente, el estudiante de Salamanca, sin explorar el
misterio que rodea a la Noche de San Juan?.
LA NOCHE DE SAN JUAN
- I
Si, esa noche es suya, pero San Juan no tiene la culpa, él usaba agua para bautizar, pero no saltaba sobre las llamas ni colgaba ramitas de romero, que sepamos; la fiesta viene de mucho antes, ya los pueblos primitivos celebraban la plenitud del sol, el Solsticio de Verano, el día en que empezaba a decrecer hasta su casi muerte en el Solsticio de Invierno; en la noche del 23 de junio se encendían fuegos, se danzaba a la luz de la luna, se recogían ramas para regalar a los seres amados y se buscaban las fuentes de la eterna juventud; los romanos heredaron esta costumbre y de esta forma las dos puertas del sol, solsticios de verano e invierno, se dedicaron al dios Jano, el dios de los portales, el dios de la iniciación –que mejor iniciación que la inmersión en agua o el salto sobre las llamas-, así celebraban “Janua Inferni” o Puerta de los Hombres, el 24 de junio, y “Jauna Coeli” o Puerta de los Dioses, el 24 de diciembre.
Fue producto de una larga serie de coincidencias que los cristianos dedicasen el
primero de esos días a San Juan Bautista y su detalle es lo que en esta
primera entrega os contaré.
Según una antigua creencia, Cristo habría muerto un 25 de
marzo, día en que fue creado el mundo miles de años antes; como quiera que
Cristo tenía que ser perfecto, los estudiosos frailes pensaron que vivió
treinta y tres años exactos, no treinta y tres años y dos días o treinta y dos
años y diez meses, cifras que lo harían imperfecto, así que, necesariamente, fue
concebido un 25 de marzo de 33 años antes de su muerte y tuvo que nacer nueve
meses después, en la noche del 24 de diciembre –ya 25 para los judíos, que inician el cómputo de cada día al anochecer-.
Y diréis: ¿qué tiene que ver con Juan Bautista?.
Me explicaré, determinado el nacimiento de Jesús, fue fácil determinar el de Juan Bautista: “Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril” (Lc 1:36). Calculemos …, seis meses antes …, 24 de junio. Ya tenemos el día en que nació San Juan, posiblemente el único santo del que celebramos su nacimiento terrenal y no su muerte o nacimiento para la vida eterna como es usual.
De este modo aparentemente rocambolesco, que comenzó un 25 de marzo para acabar un 24 de junio, se estableció el día de San Juan Bautista, confirmando la naturaleza lo que el Nuevo Testamento anunciaba: “Es necesario que Él crezca y yo disminuya” (Jn 3:30). Recordemos que, como señalo más arriba, en el solsticio de invierno el sol llega a su casi muerte.
Claro que quedaba la otra cara de Jano, si el 24 de junio
miraba hacía la primavera, el 24 de diciembre miraba hacia el invierno, ocupado
ya el día 24 por el nacimiento de Cristo, para Juan Evangelista se buscó un día
lo más próximo posible, el 27 de diciembre. El discípulo amado quedaba para la
eternidad al lado de Cristo, Jano había sido vencido definitivamente por Juan,
Bautista o Evangelista en función de la estación.
El origen pagano de esta fiesta hace que no nos extrañemos la
celebren otras culturas. En Granada, por ejemplo, los musulmanes gustaban de
celebrar esa noche, era de las pocas fiestas reguladas por el calendario solar
(365 días) y no por el musulmán –lunar- (355 días) habitual para ellos, al
seguir el año de 365 días se aseguraban que la fiesta coincidía siempre con la
noche del 23 de junio.
La Noche de San Juan, a la que llamaban la Pascua de Ansara, llegó a ser una de las
mas importantes para ellos, vestidos nuevos, juegos de lanzas, …
Al menos desde entonces, sino siglos antes de que llegasen los romanos, vino celebrándose en Granada esta fiesta y
todavía en 1828, cuando Washington Irving visita la ciudad la menciona hasta en
cuatro ocasiones en los Cuentos de la Alhambra, y a primeros del siglo XX se
recogen narraciones de su celebración bien en la Fuente de la Bomba, entonces
situada junto al Humilladero; bien en el Puente del Aljibillo, al pie del
Albaicín, o en la Fuente Nueva, junto al Triunfo.
Después vendrían estos tiempos extraños en los que la Noche
de San Juan ha perdido todos sus encantos, abandonados el regalo furtivo a la mujer amada, el baile bajo los noguerales a la luz de la luna y las aguas claras de las fuentes cristalinas,
para sustituirlos por botellón, fogata y
chapuzón en cualquier playa. Y es que hoy día la gente no entiende que Castalia
y Egeria, como las demás ninfas, como las náyades, solo necesitan amor y agua
puros.
Anunciaba al principio que iba a hablar de Don Vicente, pero
eso será la semana que viene, de momento solo os recordaré la leyenda que
recogió Washington Irving en la historia de El Gobernador Manco y el Soldado,
… pero ten entendido que Boabdil y los guerreros que
pelearon hasta lo último por la defensa de Granada, todos fueron encerrados
en esta montaña por arte de encantamiento. En cuanto al rey y al ejército que
salieron de Granada al tiempo de la rendición, era una simple comitiva de
espíritus y demonios, a quienes se le permitió tomar aquellas formas para
engañar a los reyes cristianos. Más te diré, amigo mío: la España entera es
un país encantado; no hay cueva en la montaña, solitario torreón en el llano
o desmantelado castillo en la sierra donde no se oculten hechizados
guerreros, que duermen y dormirán siglos y siglos bajo sus bóvedas, hasta que
expíen sus pecados, por lo que Allah permitió que el dominio de la hermosa
España pasase por algún tiempo a manos de los cristianos. Una vez al año, en
la víspera de San Juan, se ven libres del mágico encantamiento desde la
salida del sol hasta el ocaso, y se les permite venir a rendir homenaje a su
soberano; así, pues, toda esa muchedumbre que ves bullendo en la caverna son guerreros
musulmanes que acuden de sus antros y de todas las partes de España. … En
cuanto a los batallones de infantería y caballería que ves formados en las
cavernas vecinas, son los encantados guerreros de Granada. Está escrito en el
libro del destino que, cuando sean deshechizados, bajará Boabdil de la
montaña, a la cabeza de su ejército, recobrará su trono en la Alhambra y
gobernará de nuevo en Granada; y, reuniendo los encantados guerreros que hay
diseminados en toda España, reconquistará la Península, que volverá otra vez
a quedar sometida al yugo musulmán.[1]
|
El Libro del Destino lo pone, ¿bajará Boabdil y sus
guerreros en el 2014 para gobernar Granada? El 23 de junio a última hora lo
sabremos.
Mientras tanto pasaré a la historia del Estudiante de
Salamanca, ...
[1] Irving, W. Cuentos de la
Alhambra [traducción del inglés por J. Ventura Traveset -1888]. Extraído el 31
de enero de 2014, de
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/cuentos-de-la-alhambra--0/html/00056d68-82b2-11df-acc7-002185ce6064_7.html
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