Séneca afirmaba que:
“el azar tiene mucho poder sobre nosotros, puesto que, si
vivimos, es por azar”.
Y creo que es cierto el azar dicta de quien nos enamoramos,
quienes serán nuestros mejores amigos, que flor te sorprende, el guiño
inesperado de una amiga,…
Y esta mañana buscando un sesudo libro sobre la iconografía
de un monumento cayó en mis manos un libro de mi admirada Eulalia-Dolores de la
Higuera, Andando y Cantando (Granada, Veleta al Sur, 1959), me resisto a no
participaros algunos de sus bellos poemas:
Dios está en
todas partes. Lo sé.
Me lo enseñaron cuando era pequeña.
Más yo lo veo.
Lo veo ahora
allí,
junto a la ventana,
donde mi madre
está sentada,
cosiendo.
Otras veces,
en aquel otro rincón,
donde ella,
inclinada sobre el libro,
lee
sus
oraciones.
Más tarde,
cuando me parte el pan.
O me habla.
O me mira.
Si.
Yo veo a Dios.
(Las ilustraciones son de la autora)
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