Mañana es un día muy importante, miércoles 26 de marzo,
tercera semana de cuaresma; para anticiparme hoy he cogido una hoja de periódico
y preparado mi yermo, con las bulas del año pasado me he confeccionado un peto,
después he limpiado mi espada de madera, … ¡parece nueva! Y la he guardado bajo
mi almohada, ¡mañana!.
Mañana es el día de “aserrar la vieja”, correré con mis
amigos por las calles detrás de las viejas cantando:
¡Aserrar la vieja,
La vieja pelleja!,
…
A la vieja roñosa,
¡Tírale cosa!.
¡Vieja revieja
Vieja pelleja!
¡Aserrar la vieja,
La vieja pelleja!
¡Se tira follones,
Por tos los rincones!
¡La vieja, la vieja,
La vieja pelleja!
….
Como siempre, algunas nos perseguirán con las escobas, pero
ganaremos. Después nos tomaremos la merienda que nuestra madre nos ha puesto en
la bolsa: rosca, huevo y naranja, … y seguiremos persiguiendo viejas hasta la
noche.
Bueno, posiblemente este año ya no lo haga, causaría
extrañeza verme con esa indumentaria y propósitos y además ya la Acera del darro no es lo que era, pero es bueno recordar las
costumbres que disfrutamos cuando niños y que día a día se pierden.
En Granada fue tradición durante mucho tiempo que los niños
corriéramos, en lo que los franceses -que como sabemos son mas elegantes
hablando, hasta llaman mademoiselles a las señoritas- celebran como la “Mi
Carême”.
Para nosotros consistía en lo que arriba he descrito y era
una fiesta especial.
Comenzábamos la Cuaresma colgando una vieja Cuaresma con
siete pies de la que cada viernes cortábamos uno, menos el tercero que se le
“aserraba” el miércoles, mañana, para señalar la mitad de la cuaresma con
regocijo de los niños.
Curiosa fiesta que exportamos incluso a Puente Genil, adonde
la llevó Alberto Álvarez de Sotomayor en 1899 y se conserva hasta hoy,
pero que hoy está casi perdida en Granada, donde salvo intentos en el Albaicín
y en pueblos del cinturón nadie la recuerda.
Diario La Epoca de Granada 13 de Marzo de 1873.
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