que escuchar con los ojos es un arte de amar.
Shakespeare. Soneto XXIII
que escuchar con los ojos es un arte de amar.
Shakespeare. Soneto XXIII
DON HILARIÓN
El aceite de ricino
ya no es malo de tomar.
DON SEBASTIÁN
¿Pues cómo?
DON HILARIÓN
Se administra en pildoritas
y el efecto es siempre igual.
DON SEBASTIÁN
¡Hoy las ciencias adelantan
que es una barbaridad!
DON HILARIÓN
¡Es una brutalidad!
DON SEBASTIÁN
¡Es una bestialidad!
LA VERBENA DE LA PALOMA
Sainete lírico en un acto y en prosa.
Libreto de Ricardo de la Vega.
Música de Tomás Bretón
Representado por primera vez en el Teatro Apolo de Madrid la noche del 17 de Febrero de 1894.
Pues si, osados viajeros que se atreven a viajar a Motril en este vehículo, señalan que el chauffeur logra poner el ingenio rodante a velocidades de vértigo.
¡Es una bestialidad!
"Granada es el Damasco de al-Andalus, pasto de los ojos, elevación de las almas. Tiene una alcazaba inexpugnable, de altos muros y edificios espléndidos. Se distingue por la peculiaridad de su río, que se reparte por sus casas, baños, zocos, molinos exteriores e interiores y jardines. Dios la ha adornado colocándola en lo alto de su extensa vega, donde los lingotes de plata de los arroyos se reamifican entre la esmeralda de los árboles. El céfiro de su Nayd y el bello panorama de su Hawz encantan ojos y corazones, sutilizando las almas. Todo es en ella nuevo y peregrino.
"No le faltan ilustres personajes, grandes sabios y eminente spoetas; pero, aunque no tuviese más que el privilegio que Dios le concedió de ser la ciudad en que sobresalieron poetisas, tales como Nzhun al-Qalaiyya, Zaynab bint Ziyad y Hafsa bint al-Hayy, tendrías bastante en cuando a ingenio y cultura.
"¿Has visto nada más fino que la respuesta que dió Hafsa al eminente visir, poeta y prosistas, Abu Yafar, hijo del eximio general Abu Marwan ibn Said? Ello fué que ambos habían pasado la noche en Hawz Mu'ammal, como allñi se pasa, es decir, entre jardines y céfiros, aromas exquisitos y vegetació deliciosa. Llegada la hora de retirarse, dijo Abu Ya'far:
"¡Proteja Dios una velada, exenta de censor, que nos acogió y dió asilo en Hawz Mu'ammal!
"Venía del Nayd un perfume que, al soplar, difundía el aroma del clavo.
"Cantaba la tórtola entre el boscaje y se curvaban los rayos de arrayán sobre el arroyo.
"Verías el jardín alborozado, porque fué testigo de abrazos, retozos y besos!.
"Y después de separados, le envió estos versos escritos, para que ella le contestase, según acostumbraban como lo hizo, escribiéndole estos otros, en los que se encubre su valer:
"Por vida tuya, que no alegró el jardín nuestra llegada, sino que, antes bien, mostró odio y envidia.
"No aplaudió el río de júbilo por vernos cerca, y, si la tórtola cantó, fué porque estaba triste.
"No seas tan bien pensado como es digo de ti, que no en todas partes obran derechamente,
"Si el horizonte hizo asomar sus luceros, creo que no fué sino para espiarnos."
AL-SAQUNDI. Elogio del Islam Español.
Traducción española por Emilio García Gómez.
El miércoles paseando por nuestra bella ciudad tuve la ocasión de ver a Isabel.
Me sorprendió, conserva la misma lozanía que en su primera visita a Granada en el ya lejano 1492, parece como si por ella no pasaran los años.
En nuestro breve encuentro ella, Isabel de Castilla, esa mujer valiente por la que se creó la Reina del ajedrez a su imagen y semejanza, sustituyendo a la torpe alferza por una dama ágil, … por el valenciano Francesch Vicent, en 1475, en su obra Schachs d’Amor (ajedrez amoroso); esa mujer que, con sus errores -que también cometió, como no recordar la expulsión de los judíos siguiendo el consejo de su esposo-, pues repito esa mujer me pidió al oído que hablara de las damas y los colores, el bullicio de la gente en la calle de la Cárcel, las prisas,… me impidieron preguntarle sus razones.
Cabizbajo por lo breve del dialogo recogí a mis nietos y pensé “Se referirá al póquer” pero pronto deseché la idea, tenía que haber algo más importante detrás, así que acudí a mi viejo amigo fray Antonio Agapida quien me dijo:
Isabel lleva razón, la leyenda negra la persigue, se le atribuye que juró no lavarse ni cambiarse la camisa hasta que conquistara Granada de forma completamente falsa.
Realmente los orígenes de esta leyenda son más remotos, se atribuye a Histaios de Mileto en la revuelta jónica (499 AC-493 AC) – recuerda los 300, Maratón- la promesa de no cambiarse de ropa hasta conseguir el dominio del rey Darío sobre Cerdeña. Lo consiguió, lo segundo, conquistar Cerdeña, de lo primero dicen que se lo impidieron sus amigos y es que hay olores que matan –un soldado luchando seis años sin lavarse, entre otros-.
Después se habló de nuestra Isabel, lo que tampoco era cierto, y más recientemente, me dijo, se le atribuyó la frase a su nieta la infanta Isabel Clara Eugenia de España (1566-1633) , esposa del archiduque Alberto de Austria, la que durante el asedio de Ostende, que comenzó en 1601, dicen prometió no cambiarse de ropa hasta la victoria de su marido, el caso es que éste tardó tres años en tomar Ostende, la leyenda dice que sus ropas tomaron un color isabelino, nadie habla del olor que desprendían. Lo cierto es que tampoco es cierto, perdón por la redundancia.
Y es que a esto de falta de higiene tenemos ejemplos peores en otras monarquías europeas, Francia, Inglaterra, pero la leyenda negra aunque falsa es más conocida.
Lo cierto es que la palabra Isabelino para describir ese extraño color de la ropa no lavada con frecuencia es antigua, unos buscan su etimología en una corrupción de la palabra zibellino (un accesorio de piel de marta), notando la similitud en el color, y otros lo hacen proceder de una contracción de las dos palabras francesas «isard» y «mirabeile», gamuza y ciruela amarilla, respectivamente, -isard-beille-y que el Oxford English Dictionary atribuye su uso a épocas anteriores al asedio de Ostende.
Lo que si es cierto es que ese color que entendemos por sucio es apreciado en los caballos y en algunas aves (palomas, canarios,…)
Conseguirlo es fácil, en cualquier programa de dibujo parámetros RGB: R:210 G:105 B:30.
El día 26, una vez más acudí al homenaje a Mariana Pineda, pecador irreductible han sido muchos los años acompañándola, aún en aquellos tiempos en los que el 26 de mayo o el día de los difuntos pedías permiso en la Catedral para bajar a la cripta, ocasión en la que de modo infalible te miraban con cierto recelo y te decían "¿qué? ¿otro año por aquí?.
De aquellas ocasiones conservo algunas fotos, existía el color pero el blanco y negro te daba más discreción al hacer las copias. Una de ellas la acompaño.
Vuelvo al 2022, un año más y esta vez no soy yo el Ayuntamiento ha dado un cutre espectáculo el día de Mariana eso sí con la bendición del Sr. Vigueras, si hay algún modo de lograr que algo no funcione es repetir aquello que te llevó al fracaso los últimos diez años, pues siguen en lo mismo. ¿Cuesta tanto pensar distinto? ¿Educar en ciudadanía? ¿participación infantil? ¿participación de otras entidades además de los del taxi?
Algún día lograremos sea la fiesta de la Libertad, de la Ciudadanía, una fiesta que no necesite competir u ocultar las fiestas locales tradicionales.
Junto a la vieja imagen de los años 70 os traigo algunas de la celebración de 1931. no tienen nada que ver con el pobre espectáculo del jueves,
Y para acabar un secreto, mejor un indicio que eso es lo que tiene hurgar en los papeles, hace poco alguien presentaba un libro sobre un personaje al que he dedicado muchas horas, la Zapatera, la portada era elocuente pero me chirriaba, Agustina en una manifestación, se me había escapado. No pongo la imagen ni del libro ni de la foto original pero si pondré el pie de foto en 1931:
"... la cabeza de la manifestación, formada por las señoras que ejercen cargos administrativos, dirigiéndose al monumento..."
Un nuevo error que añadir a tan "curiosa" obra.
San Juan de Dios. Alonso Cano. Patronato de la Alhambra |
Ayer tarde tuve ocasión de asistir a la interesante charla de D. Francisco Benavides, Director del Archivo Museo de San Juan de Dios, sobre “Las mujeres de San Juan de Dios: cómplices y vulnerables”, organizada por Conoce Granada Paseando.
Y al hilo de su exposición que iniciaba naturalmente por su madre terrenal y sus posibles orígenes judíos me vino a la memoria la terrible persecución sufrida por los sefardíes en Portugal entre 1492, fecha de su salida de España, y 1506, fecha de la Masacre de Lisboa, persecución que pudo motivar la entrega del pequeño Juan Ciudad, nacido en Montemor-o-Novo (Portugal), a un clérigo para su traslado a Oropesa en Toledo.
Empezaré en 1492, Fernando e Isabel firman en Granada, el 31 de marzo, el Edicto de Expulsión de los judíos. En él se establece una fecha tope el 31 de Julio, para ese día o conversos o en el exilio.
Juan II de Portugal, consuegro de los Reyes Católicos (su hijo Alfonso se había casado con Isabel de Aragón en 1490 (ella tenía 20 años, él 15); él falleció en 1491 pero ella siguió ligada a la corona portuguesa y se casó en 1497 con el primo de Juan II que fue rey con el nombre de Manuel I), recibió el regalo con agrado, por la frontera de Castilla le entraba mano de obra y, ¡qué oportunidad!, dinero. Aprobó la admisión de los judíos exigiéndoles que pagaran una importante suma de dinero, 100 cruzados. Los que no podían pagar esa suma, podían residir en Portugal por un máximo de 8 meses, por una suma menor, 8 cruzados por cabeza. Ni que decir tiene que en ocho meses no hubo barcos suficientes. Transcurrido este plazo los sefardíes serían considerados esclavos de la Corona.
Además de los problemas económicos Juan II tenía otros problemas, sus tropas y comerciantes se iban extendiendo por las costas africanas y necesitaban mano de obra, claro que no podía prescindir de los maestros en distintos oficios recien llegados de Castilla pero si podía usar a sus hijos y sin demora, en 1493, arrebató de los brazos de los judíos a los niños de entre 2 y 14 años, unos –los más afortunados- fueron a ser reeducados en los conventos, los otros -2000- embarcaron hacia las nuevas colonias de Santo Tomé y Príncipe, las Islas de los Lagartos, lagartos carnívoros que, junto con el resto de las calamidades de la zona, quitaron la vida a 1.400 de los niños embarcados en solo un año.
La narración de este secuestro inhumano nos ha llegado de un judío, Usque.
“… de forma autoritaria y represiva, D. Joao II decretó la deportación de niños, provocando … escenas tristes y “dolidas despedidas” entre padres e hijos bañados en lágrimas. Los agentes del reino tiraban niños y niñas “de los brazos de las madres desconsoladas”, mientras que “viejos judíos honrados” eran arrastrados por las barbas con violencia. “Algunos exiliados se arrodillaban ante el monarca, implorándole para zarpar junto a los hijos queridos, pero era en vano cualquier tipo de apelación”. En relato punzante, Usque expone conmoción en la escena en que una madre “desprovista de misericordia”, toma el hijo en los brazos en lo alto del barco y ellos se lanzan al mar “abrazados como una sola criatura”, prefiriendo la muerte al suplicio”. (Roth, Paul. 1492, Bravura Sefaradi. Sao Paulo, 2019. Pág. 24).
Es en este escenario en el que dos años después (1495) nace un niño en la pequeña localidad de Montemor-o-Novo, los padres le darán por nombre Joao, sus apellidos serán Cidade Duarte. En esa pequeña y pacífica ciudad vivirá algunos años.
Mientras tanto la situación de los judíos en Portugal sigue empeorando. Muerto Juan II ese año (1495) le ha sucedido su primo Manuel I quien pide a los Reyes de Castilla y Aragón casarse con su hija Isabel de Aragón como citaba más arriba. Los reyes españoles acceden con una condición la expulsión definitiva de los judíos del reino de Portugal.
En 1496 Manuel I firma el decreto de expulsión que podría evitarse solo con la conversión. No contento con esta medida ordena en 1497 un nuevo secuestro de todos los niños judíos menores de 14 años de padres que se negaran a convertirse. Poco tiempo después amplia la medida a los menores de 20 años. Tras ello concentró en Lisboa a todos los judíos que se oponían a su conversión para su supuesto embarque, concentrados cerca de 20.000 un ejército de frailes y funcionarios del gobierno arrastraron a esas personas a su bautizo forzoso. El rey Manuel I podía descansar, ya no había judíos.
Pero algo debió de fallar, o no, la voluntad de los judíos y su amor a Dios pudo más que esa legión de clérigos y funcionarios y ellos, los judíos, siguieron cumpliendo secretamente sus prácticas religiosas.
Casi diez años después, en la Semana Santa de 1506, una turba de hombres aleccionados por algunos religiosos intransigentes llevó a cabo la matanza de más de 4.000 judíos en Lisboa, asaltaban sus casas, mataban niños, jóvenes, ancianos, robaban sus pertenencias haciendo lo mismo con los que en su huida se habían refugiado en las iglesias.
Y acabo, es en este ambiente en el que como cuenta el maestro Francisco de Castro “… nació (Joao/Juan) de padres medianos, no ricos ni pobres del todo, criose con sus padres hasta edad de ocho años, y de alli sin sabello ellos, fue llevado por un clérigo a la villa de Oropesa (en Toledo)…”
Otros han estudiado con más detalle su posible origen judío, mi propósito ha sido solo transmitir como fueron esos años para los judíos residentes en Portugal. Parece razonable el traslado del niño a España donde sin revelar su origen podría vivir más seguro.